La Asociación de Amigos del Jardín Botánico de Castilla-La Mancha, situado en Albacete, cuenta con numerosos proyectos entre sus filas. De ellos, destaca una iniciativa para conocer en profundidad una especie concreta, las rosas antiguas. Unas flores que distan de la típica forma de rosa habitual, y que son el epicentro de estudio de esta asociación, en la que también participan expertos en esta materia.
Un proyecto que nace dentro de esta asociación y que busca “estudiar la relación de los hombres y las plantas, sobre todo en aquellas que se han utilizado en alimentación, medicina o artesanía, entre otras áreas”, tal y como explica Rodrigo Roldán, miembro de la Junta Directiva de la Asociación de Amigos del Jardín Botánico de Castilla-La Mancha a El Digital de Albacete.
Una interesante iniciativa que busca “localizar e intentar que esta especies no se pierdan”, como explica Roldán, que aclara que “se trata de una idea que surgió para centrarnos en las rosas antiguas, que son cultivadas, no de procedencia silvestre y que tienen algo se selección genética. De hecho, son algunas de las primeras que empezaron a manipular los humanos”.
Así son las rosas antiguas
Un proyecto que ha conseguido localizar infinidad de puntos a lo largo y ancho de la provincia de Albacete que cuentan con este tipo de rosas en localidades como Molinicos, Casas de Lázaro, El Ballestero, El Campillo, Bogarra o Chinchilla entre otros municipios con presencia de estas especies.
Sobre ellas, Rodrigo Roldán apunta que “la más antigua que conocemos es la rosa Gallica, que aparece en algunos frescos de Pompeya donde ya está representada esta rosa y su uso medicinal”, y añade que “dentro de esta especie concreta cabe destacar el aceite de rosas o el agua de rosas, aunque posteriormente también se han utilizado con fines ornamentales”.
Trabajo de documentación y seguimiento
El interés de esta asociación en este ámbito fue creciendo con el paso del tiempo, y pedimos un proyecto junto con el Instituto de Estudios Albacetenses para continuar la investigación, salir al campo a ver estas flores, cartografiarlas y recoger algunas para replantarlas y que no se pierdan”, asegura, y manifiesta que “salimos para localizarlas en primavera que es cuando están en flor y en invierno las recolectamos”. “No están protegidas y uno de nuestros objetivos es la supervivencia de la especie”, indica a El Digital de Albacete.
Tan solo el primer año “conseguimos localizar 75 poblaciones y recogimos algunos esquejes, a raíz de ahí también hemos hecho donaciones a diferentes instituciones como al Jardín Botánico de Castilla-La Mancha, situado en Albacete, o a la Universidad de Murcia”. Un proyecto que ha sido posible gracias a la participación de “cientos de personas, expertos en esta materia, doctores, y también aficionados, ya que al abrir la iniciativa a la participación ciudadana hemos conseguido más información y gracias a eso hemos localizado nuevas poblaciones”, asegura, por lo que de esta manera han conseguido recabar mucha más información para documentarla y avanzar en el estudio de estas especies.
Entre las rosas blancas, podemos encontrar algunas de las más especiales “en localidades como Alcaraz, San Pedro, Liétor o Carcelén”, explica Rodrigo Roldán, que señala que en lo relacionado a las rosadas se pueden encontrar algunas especies en “Higueruela, Bogarra, El Berro o Bienservida”. En cuanto a las rosas de color rosado o las rosas oscuras, éstas se encuentran en otros pueblos como “Abengibre, Casas de Lázaro o Vianos”, mientras que las amarillas habitan “El Ballestero, Chinchilla, o Bogarra entre otras localidades”.
A lo largo y ancho de la provincia de Albacete esta asociación ha localizado múltiples poblaciones de esta especie que intentan cuidar para tratar de que su esencia no se pierda con los años.