La tienda Textiles Albahogar, situada en la calle Zapateros de Albacete lleva más de cuatro décadas recibiendo clientes. Su propietaria, Elisa Navarro, lleva en total 41 años levantando cada día la persiana de este icónico negocio, y tras muchos años de trabajo ha llegado el momento de decir adiós.
Este mes de diciembre, Elisa Navarro pondrá punto y final a su vida laboral, fiel a su tienda Albahogar en el corazón de Albacete. En septiembre de 1983, una joven Elisa puso en marcha su pequeño comercio, y además lo hizo sola. Ahora, tras más de 40 años de trabajo e incontables horas en su tienda, Navarro cerrará la persiana por última vez.
Esta albaceteña ha estado más de 40 años “al pie del cañón”, como ella misma explica a El Digital de Albacete. Desde 1983 han pasado muchos años, así como clientes por la tienda de Elisa, que a sus 65 años de edad ha decidido que ha llegado el momento de abrir una nueva etapa en su vida y cerrar la persiana de Textiles Albahogar.
40 años al pie del cañón en la calle Zapateros de Albacete
“Los clientes me dicen que me van a echar de menos”, explica Navarro, y es que Elisa ha salvado de más de un apuro a los vecinos de Albacete. “El trato directo del comercio pequeño es especial”, señala, e indica que se trata de “asesorar y aconsejar, no es lo mismo que en una superficie comercial”. Fruto de ello, “cuando salgo no paro de saludar gente”, manifiesta entre risas, y subraya que “ese trato directo durante 40 años que llevo aquí me ha hecho conocer muchísima gente”.
Elisa Navarro ha estado detrás del mostrador de Textiles Albahogar durante más de cuatro décadas y las horas de trabajo son incontables. “Se echan muchas horas, y también fuera del horario abierto al público”, explica, y añade que “hay que montar escaparates, colocar género y hacer pedidos, entre otras cosas, y eso es un trabajo que no se ve, pero existe”.
Además, la propietaria de Textiles Albahogar ha sido testigo de cómo muchos compañeros, que también formaban parte del comercio local de Albacete, se han visto obligados a bajar la persiana. “Por suerte, cierro porque me jubilo, pero han sido muchos los que han tenido que cerrar por otros motivos”, manifiesta, y explica que “desde la pandemia ha cambiado mucho la forma de comprar de la gente y se han acostumbrado a comprar por Internet. Eso ha repercutido mucho en el pequeño comercio”. Una situación que ha puesto entre la espada y la pared a negocios locales, siendo testigos los vecinos de Albacete de cómo poco a poco se iban bajando persianas que no se volvían a abrir al día siguiente.
Por el momento, aún quedan unas semanas en las que los fieles clientes de este comercio de toda la vida podrán hacerse con sus imprescindibles, antes de decir adiós a Elisa por última vez detrás del mostrador de la tienda de la calle Zapateros.