Los bomberos de Albacete se han desplazado hasta los diferentes municipios valencianos afectados por la riada que arrasó con varias localidades el pasado 29 de octubre. No solo los vecinos de Albacete se han volcado con cientos de iniciativas solidarias para ayudar en lo posible a los vecinos de Valencia, sino que hasta allí también han llegado decenas de manos especializadas en este tipo de situaciones. Los bomberos de Albacete desde el primer momento se pusieron a disposición del servicio y el teléfono del Parque de Bomberos albaceteño no paró de sonar con decenas de profesionales que ofrecieron su ayuda desinteresada desde el minuto 0.
Durante 8 días, estos profesionales del Servicio Contra Incendios del Ayuntamiento de Albacete se han desplazado hasta Valencia para participar en diferentes tareas tras la riada. Un servicio que han prestado “de manera voluntaria y en sus horas libres”, tal y como explica Ismael Pérez, Jefe del Servicio contra Incendios de Albacete, que añade que “han ido todos de forma desinteresada”. Lo mismo que ha sucedido en Letur (Albacete) cuando una gran riada asoló esta localidad donde fallecieron 6 personas.
Manuel Serrano, alcalde de Albacete, destaca que «desde el minuto uno gran parte del personal se ofreció a colaborar, siempre de manera organizada con la dirección del operativo en Valencia», y señala que el personal lo ha llevado a cabo «de forma gratuita y desinteresada para evitar distorsionar el normal funcionamiento del Servicio en el término municipal de Albacete». Además, el alcalde de Albacete subraya «la generosidad y altruismo de nuestros bomberos, verdaderos héroes, junto a otros efectivos como los policías locales que también han puesto su trabajo y su tiempo a disposición de quienes lo necesitaban».
Detrás de cada profesional, también hay una persona, y así lo han demostrado los efectivos del Servicio contra Incendios de Albacete, que se han volcado con los vecinos de Valencia y Letur para ayudarles a sacar los escombros y el barro sus municipios, además de realizar diferentes labores asistenciales. Durante los primeros días tras el paso de la riada en las localidades valencianas, los trabajos se centraron en “el sector asignado por el puesto de mando de los bomberos del Consorcio de Valencia”, concretamente en “la Avenida Orba de Benetússer (Valencia), en el límite del término con Alfafar (Valencia)”, tal y como indica Ismael Pérez. Por otra parte, en Letur “nos pidieron colaboración para mover escombros y buscar desaparecidos en diferentes zonas, y también para controlar y estabilizar el terreno”, manifiesta.
“En Letur la zona estaba más acotada y en proporción, los medios humanos también”, indica el Jefe de Servicios contra Incendios de Albacete, que explica que en esta localidad de la provincia de Albacete “había bomberos forestales, militares y medios adecuados para el trabajo”. Sin embargo, “la situación estaba completamente desbordada en Valencia”, sostiene.
Bomberos voluntarios han participado en diferentes labores en Letur y Valencia tras el paso de la DANA
En lo relacionado a las tareas en el territorio valenciano, éstas se centraron principalmente en “labores de achique de agua en sótanos y búsqueda de personas atrapadas o desaparecidas, así como la colaboración en apertura de puertas de locales y sótanos para facilitar las labores de limpieza”, como explica Pérez, que añade que en los últimos días también colaboraron en “la retirada de vehículos, así como desatasco de imbornales para facilitar los trabajos de retirada de lodos y fango”. Estas tareas también las compaginaron con “labores de ayuda a personas mayores, y resto de necesidades informadas por los vecinos”, asegura a El Digital de Albacete.
En este operativo ha participado alrededor del “15% de la plantilla”, como señala el Jefe del Servicio contra Incendios de Albacete, que manifiesta que “a este dato hay que sumar el personal que, también de forma desinteresada, ha cubierto las ausencias del personal desplazado a Valencia y la labor del personal que ha preparado, acondicionado y reparado el material empleado durante estos días de intenso trabajo”.
“Miles de coches y miles de casas”
En un primer momento se desplazaron 12 efectivos hasta las localidades afectadas en la zona 0 de Valencia. “Volvieron tras 2 días y comentaban lo dramático, en el sentido de que la idea que tenían no reflejaba la magnitud de la catástrofe. Eran miles de casas y miles de coches”, señala Ismael Pérez, que ha coordinado desde Albacete todo el operativo junto con el Consorcio de Bomberos de Valencia. “Como servicio hemos puesto los medios y la coordinación, y ellos lo han hecho en su tiempo libre. Hemos garantizado la seguridad y cada uno ha hecho un extra en la medida de sus posibilidades”, subraya.
Además, en este tipo de situaciones extraordinarias como a la que se han enfrentado los bomberos de Albacete en Valencia, hay que tener en cuenta algunos factores decisivos como “la capacidad técnica de las personas que intervienen en una catástrofe, así como la habilidad para integrarte en un operativo mayor”.
Dentro del personal que se ha desplazado hasta Valencia, Pérez explica que “lo han hecho los efectivos que cuentan con experiencia en este tipo de catástrofes, ya que son situaciones críticas”.
“Todas estas catástrofes e intervenciones marcan y todo deja su huella”
Entre las miles de manos voluntarias que han quitado barro, limpiado casas, achicado agua y ofrecido ayuda asistencial de cualquier tipo, también se encontraban las manos de especialistas que, de manera desinteresada, han decidido emplear su tiempo libre en realizar estas tareas a kilómetros de casa. Es el caso de Damián Soriano, bombero de Albacete y coordinador de la sección de catástrofes de Bomberos Sin Fronteras.
“Lo que nos hemos traído en la mochila es que no había una proporción entre lo que vimos en televisión y la realidad”, señala Soriano, que explica que “algunos de nosotros hemos estado en terremotos y otras catástrofes naturales internacionales y nos recordaba a esas situaciones”. Algo que tiene un componente psicológico muy importante por “el hecho de ver que esto haya sucedido a tan solo 2 horas de casa y el sentimiento de vulnerabilidad que supone en la población”.
El componente emocional es clave, y también es importante saber gestionarlo. “El problema de la magnitud es la parte psicológica. Jamás nos imaginamos que podía pasar algo así aquí”, indica, y subraya que una vez de vuelta, “hay que gestionarlo, verbalizarlo y llorarlo”, puesto que “todas estas catástrofes e intervenciones marcan y todo deja su huella. Tratamos de que eso sea lo más controlado posible y después no genere bloqueos o estrés postraumático”, explica Damián Soriano a El Digital de Albacete. “Le damos una importancia crucial al aspecto psicológico tanto de las personas que atendemos como de los profesionales”, destaca.
“Vehículo a vehículo y calle a calle”
La coordinación resulta clave cuando se trata de un dispositivo tan numeroso. “Trabajamos con el beneplácito del puesto de mando de Paiporta (Valencia) desde antes de desplazarnos. Media hora después de llegar ya teníamos una zona asignada y empezamos a trabajar”, explica, y asegura que “en este tipo de catástrofes las intervenciones son abiertas y flexibles, a diferencia del día a día”, por lo que “también fuimos resolviendo otros problemas que se presentaban y comunicándolos al puesto de mando como personas que necesitaban desplazamiento sanitario o algunas que seguían atrapadas en casa”.
En los primeros días, hasta estas localidades se desplazaron más de una decena de efectivos y “nos dedicamos a colaborar para abrir paso en las calles”, explica Soriano, que manifiesta que “evaluábamos si había personas dentro de los vehículos para retirarlos, y también el hueco que dejaban cuando los trasladaban para asegurarnos de que no había nadie”. Un trabajo delicado y minucioso que llevaron a cabo “vehículo a vehículo y calle a calle”, como señala el bombero de Albacete. A esta tarea también se sumó la de abrir vías para facilitar la entrada a personas que necesitaban desplazamientos sanitarios. Algo que marcó profundamente a este bombero albaceteño. “Todo tenía una historia detrás, había gente que tenía que ir al hospital porque estaban recibiendo algún tratamiento o en paliativos”, explica, y manifiesta que se trata de “personas que ya estaban en una situación vulnerable previa a la DANA, y que ahora lo tienen todavía más complicado”.
“Las consecuencias de la riada recuerdan a catástrofes como lo que ocurrió en Libia o el terremoto de Haití”
Las consecuencias de la riada que asoló varias decenas de municipios valencianos han sido realmente desoladoras. Pueblos destruidos y completamente devastados, que tardarán tiempo en ponerse en marcha de nuevo. Damián Soriano ha participado en operativos de catástrofes internacionales como el terremoto de Puerto Príncipe o de Nepal, y explica que “las consecuencias sobre la edificación en Valencia pueden recordar a un terremoto”, e indica que “donde la fuerza de la riada ha permitido que suba el nivel del agua no ha dado una inercia suficiente para hacer roturas, pero sí hemos visto escenarios que nos podían recordar a catástrofes como la de Libia, donde una presa sufrió una rotura”. Esta situación “la podemos encontrar en poblaciones cercanas a ramblas que se han desbordado”, asegura a El Digital de Albacete.
Desde que se supo la magnitud de lo ocurrido tanto en Letur como en Valencia, el teléfono del Parque de Bomberos de Albacete no paró de sonar con ofrecimientos voluntarios de los efectivos para desplazarse y ayudar en lo que fuese necesario. Algo que habla de la humanidad de este equipo, que más allá de sus conocimientos, profesionalidad y capacidad técnica demuestra la gran solidaridad que hay detrás de cada uno de los efectivos del cuerpo de bomberos de Albacete.
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