La Avenida de la Estación de Albacete ha acogido a decenas de coches clásicos para celebrar esta tradicional cita durante la Feria de Albacete, organizada por el Club Automóvil Mancha. Este punto de la ciudad se ha convertido en un museo del automóvil al aire libre, puesto que los albaceteños han acudido a este eventos con sus vehículos de gala.
Una cita que se repite cada año y que atrae muchas miradas de albaceteños, visitantes y de las personas amantes del mundo del motor que se animan a disfrutar de esta jornada. Un día muy especial para los aficionados de los coches clásicos, y una edición que ya cumple “21 años”, tal y como señala el presidente de Automóvil Club Mancha, Fernando Jiménez.
Desde primera hora de la mañana, los coches clásicos han invadido la Avenida de la Estación, dejando una estampa peculiar en la ciudad, que parecía haber retrocedido varias décadas en el tiempo. En esta ocasión, los albaceteños y los visitantes han podido disfrutar de “todo tipo de coches, desde deportivos y descapotables hasta limusinas”, apunta Fernando Jiménez, que señala que “he traído mi limusina, que es del año 1949, en aquella época estos automóviles tenían 6 plazas solamente”.
Los clásicos se pasean por Albacete
Cabe destacar el esfuerzo económico y las horas que estos aficionados invierten en sus vehículos. “Hay que cuidarlos mucho, y tenerlos a punto. Hay que moverlos cada semana y son exigentes en cuanto a eso”, explica Jiménez, que manifiesta que “la gente los ve en Feria y piensa ‘hasta el año que viene’ pero no es tan fácil como parece”. “Muchos de ellos llevan baterías de 6 voltios, si no se mueven a diario, los conductos de agua y la bomba de la gasolina se deteriora”, señala a El Digital de Albacete.
Una pasión que se transmite de generación en generación, y que como señala el presidente de Automóvil Club Mancha es “un vicio”. “Nos gusta mucho, es algo que pica y siempre estamos pensando en cómo mejorar o en comprar nuevos”, y asegura que “ahora tengo 6 coches, pero he tenido hasta 15. Es una locura y hay que dedicarles mucho tiempo”. Además, destaca que “el problema que tenemos es la mecánica. No hay mecánicos que los entiendan, aunque son sencillísimos, se pude decir que son como la mítica moto Guzzi 65”.
Una pasión que se transmite de generación en generación
Raquel y Víctor, junto con su peque, se han desplazado en su clásico de 1972 hasta la capital albaceteña, fieles a la cita de estos automóviles con la Feria de Albacete. Esta familia de Molinicos (Albacete) cuenta con un automóvil, que “era de mi padre, que falleció hace dos años”, como indica Raquel, que explica que “lo restauró entero, lo compró hace 12 años y lo rehizo de arriba abajo”.
Una pasión que se ha transmitido de generación en generación, y que “ha contagiado a toda la familia”, como señala Víctor. Raquel, por su parte, recuerda que “mi padre quería que el coche fuese para su nieto, pero aún es pequeño y de momentos nos encargamos nosotros hasta que sea mayor”, y añade que “el día de mañana será suyo”.
Raquel manifiesta que “mi padre organizaba muchos eventos de este tipo por la sierra, y ahora lo hago yo, he cogido el testigo”. Además, señala que “es importante estar aquí hoy, nos gusta mucho que venga la gente a vernos y son días muy bonitos y muy agradecidos”.
Desde primera hora de la mañana, la Avenida de la Estación de Albacete se ha llenado de albaceteños y visitantes que se han animado a disfrutas de los clásicos en esta jornada de domingo. Una cita muy especial, marcada en el calendario de muchos aficionados, que fieles a este evento, repiten cada año para aprender y disfrutar de los clásicos que ofrece Albacete en el marco de su Feria.
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//Fotos: Miguel Ángel Romero //