La gimnasta de Albacete Noemí Romero y David Vega han sido los primeros deportistas españoles de gimnasia de trampolín en representar a España en unos Juegos Olímpicos (JJ.OO). Pareja dentro y fuera del trampolín, ambos gimnastas han conseguido cumplir un sueño, y lo han hecho juntos. Además, Romero y Vega han protagonizado una pedida de mano olímpica, comprometiéndose en París.
Noemí Romero descubrió el que sería el deporte de su vida en Albacete, donde dio sus primeros saltos. Casi por casualidad, esta disciplina llegó a su vida, y la gimnasta sobrevoló el cielo y los pabellones de la ciudad en innumerables ocasiones. Años más tarde, se trasladó al Centro de Alto Rendimiento de San Cugat en Barcelona, y tras años de esfuerzo y constancia ha conseguido ser la primera gimnasta española en unos JJ.OO en esta disciplina deportiva. El nombre de Noemí Romero y de David Vega forma parte de la historia de los Juegos Olímpicos y quedará bordado para siempre en el trampolín español.
Pareja dentro y fuera del trampolín, ambos gimnastas han sido pilares fundamentales uno para el otro. Además del gran hito que han conseguido estos deportistas, París también ha sido testigo de su amor, ya que David Vega le ha pedido matrimonio a la albaceteña en la capital francesa.
De Albacete a los Juegos Olímpicos de París 2024
Una experiencia inolvidable, en lo deportivo y en lo personal, para los gimnastas que lo han vivido “intensamente. Fue una semana muy emotiva”, explica Noemí Romero, que manifiesta que “disfrutamos mucho de la ceremonia de inauguración a pesar de la lluvia. Estábamos como niños pequeños”. “No acabamos el recorrido porque nos mojamos mucho y no queríamos ponernos malos para la competición, pero fue espectacular”, señala la joven gimnasta a El Digital de Albacete.
Tras la inauguración olímpica sobre las aguas del Sena, “empezamos a entrenar en París para adaptarnos al entorno y a las camas elásticas”, apunta la gimnasta de Albacete, que señala que “aprovechamos para visitar todo lo que pudimos en la Villa Olímpica”.
Noemí Romero: “Una vez asimilada la situación, cada día estoy más orgullosa de mí”
El 2 de agosto fue el día clave para ambos deportistas, ya que era el turno del trampolín en los Juegos Olímpicos. “En todas las competiciones me
pongo nerviosa, pero es algo que he aprendido a gestionar con los años”, explica Romero, que manifiesta que “cuando salí no quise ni mirar a la grada, sabía que había 30.000 personas y ni un hueco”. Noemí Romero se subió al trampolín y comenzó su ejercicio. “Se me fue todo en el cuarto salto. En ese momento pensé: ‘No puede ser’. Me lo jugaba todo a una y los nervios incrementaron”.
“Tenía que reconstruirme como fuese. Estuve mucho tiempo con pensamientos negativos. Veía a mis compañeras competir con un carisma impresionante. Me dije a mí misma que podía, me eché agua en la cara y salí a disfrutar”, recuerda la de Albacete, que señala que “tenía que darlo todo”. Finalmente, a pesar del fallo del primer ejercicio, Noemí Romero consiguió terminar satisfactoriamente el segundo ejercicio. “Cuando acabé no miré la nota, miré directamente el ranking y vi que iba novena. Ahí exploté a llorar porque sabía que mis JJ.OO habían terminado”, explica a El Digital de Albacete. Con el paso de los días, Noemí Romero ha podido digerir y reflexionar sobre su experiencia y subraya que “una vez asimilada la situación, cada día estoy más orgullosa de mí”.
David Vega: “Me siento satisfecho, pero escuece porque sé que era capaz de mucho más”
Tras la competición de Noemí Romero, llegó el turno para David Vega, que confiesa que “estaba calentando y me sentía muy fuerte. Estaba muy contento y con muchas ganas”, y señala que “estaba muy presente, viviendo el momento”. El gimnasta se subió al trampolín y “aunque estaba nervioso, todo desapareció y salí al ejercicio”, explica, y manifiesta que “todo iba bien, la dirección y los saltos estaban bien, pero no podía acabar los saltos hasta el final. Ese mismo día me cambié de trampolín y no me acabé de adaptar”. “No pude sacar la puntuación que normalmente tengo, pero estaba contento de haber podido terminar un ejercicio en los JJ.OO con toda la tensión que hay aquí”. Sin embargo, el segundo salto de Vega “no salió bien. Me fui demasiado hacia delante. Aunque no entré en la final me siento satisfecho, pero escuece porque sé que era capaz de mucho más”, explica.
“La disciplina olvidada de la gimnasia”
Una experiencia olímpica es sin duda algo difícil de asimilar debido a las intensas emociones y la tensión que suponen unos JJ.OO. “Cuando acabó la competición recuerdo que le dije a David que teníamos que ser conscientes de que mucha gente ahora cree que se puede llegar a unos Juegos. Antes no lo había hecho nadie”, explica Noemí Romero, que asegura que “vamos a tener representación española en los siguientes ciclos. Nunca lo había pensando tan decidida”. “Hemos dado visibilidad y ha sido muy grande, aunque aún lo estemos asimilando”, apunta.
El trampolín unió a David Vega y a Noemí Romero, y su esfuerzo y perseverancia hizo posible que ambos estuviesen presentes en unos JJ.OO. Además de conseguir este hito en esta disciplina deportiva, los gimnastas también tenían otro objetivo importante: “Dar a conocer el trampolín español es parte de nuestro deber”, señala Vega. Un sueño que se cumple y una puerta que se abre para “la disciplina olvidada de la gimnasia”, como indica Romero, que asegura que “España seguirá teniendo representación en los Juegos Olímpicos”.
“En el trampolín, la cabeza es un 90%”
Noemí Romero tenía otros planes para París 2024, y es que la gimnasta durante estos meses ha estado entrenando un salto que ninguna otra mujer había mostrado antes en competición. “Mi idea era llegar a los JJ.OO con el ‘Triple rudy’, que es un elemento que no ha hecho ninguna chica a nivel de competición y me hubiese gustado lucirlo allí”, explica la deportista de Albacete, que señala que “finalmente no pudo ser. En el trampolín, la cabeza es un 90%, y yo no dormía bien y arrastraba cansancio”. “A nivel mental fue en decadencia, no coordinaba y me desubicaba. Aguanté hasta el último momento pero finalmente le dije a mi entrenador que no podía y que no quería perder la oportunidad de no llegar bien a los JJ.OO”, argumenta, y añade que “mis entrenadores lo respetaron. Tuve un bloqueo mental y me quedé atascada, pero supe reconocer los tiempos y lo acepté”.
“Tienen que cambiar muchas cosas a nivel federativo para que podamos continuar”
El ciclo olímpico de cara a los JJ.OO de Los Ángeles 2028 ya es una realidad. Sobre la continuidad de sus carreras deportivas, Noemí Romero señala que “tienen que cambiar muchas cosas a nivel federativo para que podamos continuar. Siempre hemos sido la disciplina olvidada dentro de la gimnasia, a pesar de ser olímpica”, y manifiesta que “durante el ciclo olímpico David y yo hemos estado trabajando. Él durante los fines de semana y yo en un gimnasio por las tardes, con el desgaste mental y físico que supone, mientras lidiábamos con los entrenamientos”. “Cuando supimos que estábamos clasificados para los JJ.OO dejamos de trabajar para dedicarnos en cuerpo y alma, única y exclusivamente al trampolín”, recuerda la gimnasta, que subraya que “tenemos que trabajar para pagar cosas básicas como estudiar”.
“Parece que si fallas ese día, tu trabajo desaparece”
Por otra parte, David Vega señala que “no son solo cuatro años entrenando duro, es sacrificar toda nuestra vida”, y Romero añade que “nos jugamos la cuantía económica que recibimos en una competición al año, en 20 segundos. Si fallamos nos quedamos sin nada, parece que si fallas ese día, tu trabajo desaparece”. Vega explica que “llegar a Los Ángeles sería un sueño, pero no es solo cuatro años con las condiciones que tienen otros deportistas, tenemos también una vida como si no fuésemos deportistas profesionales y sacar todo a la vez es complicado”, y añade que “las circunstancias a veces nos obligan a tener una mentalidad que quizá no es la indicada”.
París ha sido testigo del amor de Noemí Romero y David Vega
Los JJ.OO de París han sido un sueño para estos dos gimnastas, y los cielos parisinos han sido testigos de algo más que de sus saltos. Y es que David Vega llevaba tiempo preparando una sorpresa para Noemí Romero. “Quería pedirle matrimonio en la pista de competición, al lado de un trampolín, que es lo que nos ha unido, pero no se pudo”, explica el gimnasta, que señala que “tuve la ayuda de amigos y de medios de comunicación para darle la sorpresa”, y confiesa que “elegir anillo fue lo que más me costó”.
“Estábamos en París después de la competición y habíamos reservado con toda la familia y amigos que nos acompañaron. Tenía todo previsto con una entrevista de RTVE”, recuerda Vega. Noemí Romero, ajena a lo que estaba por suceder, explica que “estábamos concediendo una entrevista y me pidieron que le dijese a David algo que nunca le había dicho. Le dije que estaba muy orgullosa de él. Cuando le preguntaron, me dijo: ‘Hemos hecho historia, pero quiero seguir haciendo historia contigo’. Y de repente, hincó rodilla”. “Fue un momento super emocionante”, recuerda la gimnasta, que luce su anillo de compromiso.
Sin duda, París ha sido inolvidable en todos los sentidos para estos gimnastas por muchos motivos. Ha sido la ciudad que los ha visto volar en sus primeros Juegos Olímpicos, convertirse en los primeros españoles olímpicos en gimnasia de trampolín, y comprometerse. Una historia que ha conmocionado al país, gracias a su personalidad y su incontable esfuerzo para estar presente en la ciudad que ha marcado sus vidas para siempre.
