Castilla y León ha acogido estos días de agosto un campamento mixto e inclusivo para niños con y sin discapacidad. Una experiencia que han repetido por noveno año consecutivo tres hermanos de Albacete, dos de ellos con parálisis cerebral, que se han desplazado a más de 600 kilómetros de casa para disfrutar de los días que se han convertido en los más esperados para esta familia albaceteña.
Gael y Hugo son dos hermanos gemelos de 14 años con parálisis cerebral, que junto a su hermano Darío, de 17 años de edad, se desplazan cada año hasta la localidad de Cubillos del Sil (Castilla y León) para disfrutar de su ya tradicional campamento, organizado por la asociación ASPAYM. Una cita que esperan durante todo el año de la que regresaron hace tan solo unos días, aunque ya han iniciado la cuenta atrás en el calendario para volver a estas semanas idílicas, llenas de diversión.
Rosa González, madre de Hugo, Gael y Darío, explica que “se trata de un campamento inclusivo al que acuden niños con y sin discapacidad”, y señala que “no tiene nada que ver con otros campamentos, puesto que es mixto”. González señala la importancia de que este tipo de experiencias sean “100% inclusivas”, y subraya que “el lugar donde realizan el campamento es totalmente accesible y todos hacen todas las actividades.”
Tres hermanos de Albacete viajan al campamento inclusivo de ASPAYM
Esta albaceteña conoció el campamento inclusivo gracias al presidente de ASPAYM en Albacete, “quien me habló de él y me lo recomendó. Este año mis niños han regresado por novena vez”. Una experiencia organizada por ASPAYM Castilla y León, en la localidad de Cubillos del Sil, a la que estos hermanos de Albacete viajan cada año con la maleta cargada de ilusión.
“Es difícil encontrar campamentos así, que sean totalmente accesibles para personas en sillas de ruedas e inclusivos”, apunta, y explica que “no he encontrado nada similar a esto, ni hemos probado más porque no hemos visto otros”. “Cuando un niño ve este tipo de oportunidades, con espacios adaptados a su movilidad ve los cielos abiertos y la oportunidad de salir y de viajar”, manifiesta Rosa González a El Digital de Albacete.
“Ven que somos familias diferentes, pero se puede vivir y ser feliz”
Una experiencia especial para todos, ya que los niños sin discapacidad “se pueden poner en el lugar del otro, empatizan y comparten experiencias”, señala, y manifiesta que “hay muchos niños que viajan con hermanos. También les ayuda hablar con otros niños y ver que hay muchas personas en la misma situación para encajar piezas. Ven que somos familias diferentes, pero se puede vivir y ser feliz”.
“Esto les da mucha vida”
Sobre los monitores del campamento, González explica que “son personas muy vocacionales, empáticos y maravillosas. Se involucran muchísimo y las personas de ASPAYM lo organizan muy bien”, manifiesta, y señala que “todos los días envían fotos de las actividades y da hasta envidia”. Además, cuentan con “enfermeros y coordinadores también”, subraya. Una experiencia que ha calado en el hijo mayor de Rosa, Darío, que “el año que viene cumple la mayoría de edad y quiere ir de monitor”, tal y como explica su madre.
Un ambiente “muy familiar”, en el que los padres “también hemos tenido la oportunidad de conocernos y cuando podemos, quedamos”, apunta Rosa, que añade que esta experiencia “les da mucha vida. Al final, muchos niños no tienen mucha vida social, y es difícil tenerla. Esto da mucho alegría”, explica Rosa, que anima a los padres albaceteños a que “lo prueben, que seguro que repiten”.
Unas instalaciones adaptadas y accesibles en la que niños como Gael y Hugo pueden disfrutar de once días de juegos y actividades, junto a otros niños sin discapacidad, como es el caso de su hermano mayor, Darío, que los acompaña cada año en esta aventura. Por el momento, los hermanos albaceteños ya han puesto el cronómetro a cero para iniciar la cuenta atrás del que será su décimo campamento en la localidad leonesa.
