Este miércoles nos deja una curiosa imagen en Albacete tras la demolición de un vetusto edificio de viviendas ubicado en la calle Cruz de la capital manchega, donde tras el paso de las máquinas todo ha quedado reducido a escombros. Todo menos una cosa, la bufanda del Albacete que decoraba alguna de las estancias del edificio, que se ha mantenido impertérrita y con la que no ha podido ni el trabajo de la maquinaria pesada.
Del Albacete hasta el final
¿Cuántas veces habrá sido agitada para celebrar los triunfos del equipo blanco? ¿Cuántas lágrimas habrá secado después de alguna derrota? Sea como fuere la imagen deja muy a las claras una cosa, si el amor por el Alba se lleva dentro, se lleva consigo hasta el final, hasta que todo se derrumba y llega el último momento.
Albacete, siempre, que diría Azorín. Y del Albacete, siempre. Hasta que sólo queden los escombros.