177 vueltas y más de 700 kilómetros valieron al equipo lituano para alzarse con el oro en la competición ’24 horas Roller’ en el circuito francés de Le Mans en patinaje de velocidad. Todo un hito para este país, en el que participó un patinador de Albacete, natural de Lituania, que ayudó a su equipo a subir a lo más alto del podio y a hacer historia en esta disciplina deportiva en el país báltico.
Edgaras Vanagas comenzó a patinar de pequeño, en su Lituania natal. Desde entonces, no se ha bajado de los patines y la vida lo ha traído hasta Albacete, donde reside actualmente. Sus raíces y su pasión por este deporte lo ha hecho competir junto al equipo lituano en una prueba de alta exigencia, donde los patinadores luchan sobre ruedas por realizar la máxima cantidad de vueltas posibles en 24 horas sin descanso. Esta prueba ha tenido lugar en el icónico circuito de Le Mans, situado al suroeste de París.
Una hazaña que ha marcado historia en el mundo del patinaje de este país báltico, que ha conseguido alzarse con el oro sobre las ruedas de los patines de sus deportistas. Tras 24 horas de competición, el equipo rompía barreras con 177 vueltas y 736 kilómetros. Una marca que les ha valido a los deportistas lituanos para subir a lo más alto del podio y hacer historia en el mundo del patinaje.
24 horas sobre ruedas en un circuito legendario
Una competición que se llevó a cabo “en un circuito legendario”, como indica el patinador Edgaras Vanagas, natural de Lituania y residente en Albacete, que indica que esta prueba es “muy exigente y a la vez muy curiosa, porque compite todo aquello que va sobre ruedas”.
Para realizar esta prueba y completarla, Vanagas manifiesta que “somos un equipo de 10 personas y solo puede haber una persona en la pista, vamos relevándonos para poder descansar las piernas”, y añade que “hemos podido hacer 177 vueltas y más de 700 kilómetros sobre ruedas”.
Un hito para el patinaje de Lituania
Una cifra impresionante que este equipo ha conseguido, ya que “íbamos con el objetivo de superar los kilómetros que realizó el equipo de Lituania en 2010, que fue histórico”, señala el patinador, que apunta que “después de varias horas empezamos a ver las clasificaciones, y aunque todo podía pasar, no podíamos perder nuestra posición”. “No dormimos, nos levantamos por si alguien necesitaba relevo, porque no podíamos perder tiempo, los rivales nos pisaban los talones y había que mantener posiciones”, manifiesta Edgaras Vanagas a El Digital de Albacete.
Una competición donde la estrategia juega un papel importante y “a veces hay que cambiarla para adaptarse a la situación. Hay que estar pendientes y hacer cambios”, explica, y asegura que “estuvimos sin dormir para estar atentos”.
Desde Albacete hasta Le Mans
Edgaras y su equipo compitieron en categoría mixta, ya que el conjunto lituano estaba compuesto tanto por chicas como por chicos, que aunaron fuerzas para patinar por encima de sus límites. Este vecino de Albacete recuerda que “coincidía con patinadores de Lituania en diferentes carreras, iba siguiéndolos y siempre había tenido el deseo de participar con ellos”, y añade que “me lo ofrecieron y acepté”. Y de esta manera, el albaceteño de adopción pasó a formar parte del equipo, a pesar de entrenar a miles de kilómetros de distancia.
Tras la resaca emocional, el patinador manifiesta que “aún se me ponen los pelos de punta cuando lo pienso”, y añade que “en Lituania no hay federación de patinaje, no tenemos mucha representación en internacionales y no se puede optar a un Mundial, por ejemplo”. Por este motivo, “esta victoria histórica ha supuesto un empujón para el patinaje”, señala, e indica que “hemos tenido la suerte de llegar con este buen resultado, y ojalá gracias a esto aparezca una federación que fomente el deporte”.
Una victoria histórica y un impulso para el patinaje
El patinaje aún cuenta con “poca visibilidad y es complicado”, apunta el deportista, que señala que “en Albacete también se han organizado maratones y diferentes actividades, hay gente que también le gusta correr con los patines”. Además, el patinador manifiesta que “en la ciudad es cierto que estamos limitados a la hora de entrenar, tenemos que hacerlo en carreteras abiertas y así conseguimos llegar bien a los campeonatos”.
Los primeros pasos sobre las ruedas de los patines de Edgaras fueron en Lituania, “cuando era muy pequeño, por esa época estaba de moda y empecé”, recuerda, y explica que “a lo largo de mi vida lo he ido dejando y retomando”. “Estuve viviendo en Londres y veía a mucha gente patinar. Me trajo recuerdos y me hizo reengancharme”, manifiesta, y desde entonces “no he parado de patinar”.
A su llegada a España, Vanagas recuerda que “descubrí el patinaje de velocidad y empecé a correr”, y añade que “me encanta la sensación de velocidad y decidí cogerme unos patines profesionales”. Y de ahí, el patinador de Albacete cosechó éxitos como el del Campeonato de España Máster 30 o en el Mundial de Barcelona en 2019.
El nombre de este velocista ya está grabado a fuego en la historia del patinaje lituano junto al de sus compañeros de equipo, con los que ha compartido fatigas y alegrías durante las 24 horas que ha durado esta competición, que ha roto barreras en el patinaje lituano, superando límites y marcando todo un hito. Por el momento, Edgaras volverá a subirse a sus patines en la prueba de maratón en el Mundial de Patinaje que se celebrará en Italia el próximo mes de septiembre.
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