Jacobo Barchín sufrió un grave accidente en bicicleta en diciembre de 2020. A pesar del primer diagnóstico médico que le atribuyó una lesión medular completa que le impediría caminar, y tras un segundo diagnóstico, Jacobo ha conseguido volver a andar con ayuda de órtesis y andador. El joven ejercía como Guardia Civil en la localidad alicantina de El Campello donde residían junto a su pareja, Raquel Morcillo, natural de Albacete. Tras el accidente, los tribunales médicos han pedido el retiro de Barchín de la Guardia Civil, y Raquel pide que se adapte su puesto de trabajo a tareas administrativas y burocráticas para continuar desempeñando su labor como guardia civil.
Desde entonces, Raquel y Jacobo luchan porque el guardia civil pueda regresar a su trabajo, eso sí, adaptado a su nueva realidad, para continuar desempeñando su profesión como miembro del Instituto Armado. Raquel Morcillo, natural de Albacete y pareja de Jacobo, recuerda que “tuvo el accidente en bicicleta en diciembre de 2020. El diagnóstico fue complicado, le dijeron que tenía una lesión medular completa, pero ha resultado que no es ese tipo de lesión”, y manifiesta que “es una lesión medular a nivel dorsal 12 pero puede ponerse de pie y caminar con ayuda de andador y órtesis”. “En su día le dijeron que no volvería a caminar, pero se equivocaron completamente”, puntualiza Raquel, que añade que “tras más de tres años en rehabilitación ha evolucionado mucho porque la lesión es incompleta y tiene algo de fuerza y sensibilidad en las piernas”.
Jacobo Barchín ingresó en 2015 en la Guardia Civil, tras aprobar la oposición. Entre sus destinados ha estado San Clemente en Cuenca, Albocácer en Castellón y El Campello en Alicante, donde su situación cambió tras el accidente. En la actualidad, “sigue destinado en El Campello pero vivimos en Alzira (Valencia) donde está llevando a cabo la rehabilitación”, señala Raquel Morcillo a El Digital de Albacete.
“Nos dijeron que nos ayudarían porque estaba capacitado para seguir trabajando”
La decisión de si una persona es apta o no para continuar desempeñando su profesión tras un accidente o ante una posible discapacidad pasa por los tribunales médicos, que son los encargados de tomar las decisiones pertinentes. En este caso, tras la operación, Jacobo “estuvo ingresado durante un año y cuando se cumplió el año del accidente lo llamaron para pasar por el Tribunal Médico de Valencia”, recuerda Raquel Morcillo, que añade que “se sorprendieron de la evolución de Jacobo y nos dijeron que nos ayudarían porque estaba capacitado para seguir trabajando ya que a nivel cognitivo y de miembros superiores estaba todo bien”.
De nuevo, 6 meses más tarde, llegó un segundo Tribunal Médico y “ahí cambió la historia”, manifiesta la albaceteña, que explica que “cuando presentó el certificado de discapacidad con un 70% reconocido, la misma médico le dijo que podía trabajar pero no en la Guardia Civil”. “Es algo que no entiendo porque también tiene tareas administrativas y puede desarrollar su trabajo en muchos sitios”, asegura Morcillo.
“La respuesta fue que no le iban a adaptar el puesto en la Guardia Civil y propusieron su pase a retiro en julio de 2023”, recuerda Raquel, que añade que “presentamos alegaciones a través de los servicios jurídicos de la Asociación Unificada de Guardias Civiles”. A principios de este año, Jacobo pasó por el Tribunal Médico Militar Hospital Gómez Ulla y “por la junta medicopericial, por traumatología y neurología. Ambos doctores le dijeron que a nivel cognitivo estaba bien y los miembros superiores también”, manifiesta la albaceteña a El Digital de Albacete.
“Siento que lo están discriminando por una discapacidad”
Unos resultados que llegaron “hace unas semanas, cuando tuvimos acceso al expediente, donde ponía que de nuevo proponían la incapacidad permanente y su pase a retiro en vez de adaptar un puesto”, señala. Y de nuevo, vuelta a empezar, ya que “a través del servicio jurídico hemos presentado alegaciones otra vez”, asegura Raquel Morcillo.
“Jacobo tiene una lesión incompleta en la vértebra dorsal 12, que es relativamente baja, tiene buen control del tronco y es autónomo e independiente al 100%. Incluso conduce su propio coche”, apunta Raquel, que aclara que “siento que lo están discriminando por una discapacidad. No sé si por un tema de imagen o de prejuicios. De hecho la Asociación Unificada de Guardias Civiles no conoce ningún caso de una persona en silla de ruedas dentro del Instituto Armado”, manifiesta la de Albacete, que añade que “es algo que no entiendo porque es una administración pública como las demás”.
Jacobo ha recibido el apoyo de sus compañeros, que “nos muestran su cariño y están con él. Quieren que vuelva y tienen esa ilusión”, manifiesta, y señala que “el año pasado nos casamos y él lo hizo vestido de Guardia Civil. Sus compañeros nos hicieron un pasillo de sables y fue muy emocionante”.
Una lucha que no ha acabado en la que Jacobo espera mantener su trabajo como guardia civil y sembrar un precedente para que las personas con discapacidad también puedan formar parte de este cuerpo de seguridad, adaptando su trabajo a su nueva situación.