Dice el refrán que una imagen vale más que mil palabras y eso en lo que ocurre con la que acompaña estas líneas como imagen destacada, que demuestra muy a las claras la pasividad defensiva de un Albacete Balompié que rozó el ridículo en Lezama y que como guinda al pastel colocó la acción del gol en contra, en la que tres hombres fueron incapaces de frenar a un Unzueta que más sólo que la una tuvo todo el tiempo del mundo para hacer lo que le vino en gana y alojar el balón en el fondo de las mallas para poner el 1-1 en el marcador, que a la postre resultó definitivo.
El Albacete Balompié fue en Lezama una verbena en defensa, y por mucho que desde el club y sus canales de comunicación quieran, de la mano de sus acólitos teledirigidos, vender, ante el colista los de Rubén Albés sumaron un punto porque el rival se coló un gol en propia puerta y porque los palos y la Virgen de los Llanos hicieron más en portería que Bernabé Barragán.
El colista le pasó por encima al Albacete
Una vez más, bajada de brazos defensiva de los de Rubén Albés, que deben de dar gracias de no venirse desde tierras vascas de vacío tras un partido en el que el colista les pasó por encima en la segunda mitad.
El gol encajado es para que más de uno se lo haga mirar, y explique el motivo de esa dejadez y esa parsimonia, dejando que un único hombre disponga de todo el tiempo del mundo dentro del área mientras tres de tus zagueros ven la vida pasar.