A primeras horas de la mañana de este miércoles se confirmaba lo que venía siendo desde mucho tiempo atrás un secreto a voces, haciéndose oficial por ambas partes que el Albacete Balompié y Alfonso Serrano han acordado adelantar el cese de la relación contractual que les vinculaba.
Así pues, el hasta ahora director deportivo del Alba, que tenía contrato hasta el próximo 30 de junio, deja de dirigir el área deportiva del club propiedad de SkyLine.
Alfonso Serrano se hizo con los mandos de la dirección deportiva de la entidad albacetista el 12 de mayo de 2021, cuando el Albacete Balompié acababa de descender a Primera RFEF y sobre él pendía la espada de Damocles de tener que ascender en tan solo un año, algo que se consiguió de la mano del vallisoletano, que apostó por Rubén de la Barrera para el banquillo y por una serie de jugadores que tras una temporada un tanto extraña, acabó dando la campanada en Riazor ante el Deportivo de la Coruña ‘Riazorazo’ mediante y ascendió de nuevo al fútbol profesional, cumpliendo así con el ansiado e imperioso deseo del regreso a LaLiga. A la temporada siguiente, Alfonso Serrano volvió a apostar por un entrenador gallego, esta vez Rubén Albés, y a base de buen hacer en los despachos y fichajes que resultaron altamente efectivos, el equipo obtuvo la consecución de un Playoff de ascenso a Primera División.
Serrano y el Albacete, relación deteriorada
A partir de ahí y no se sabe muy bien por qué, la relación entre la propiedad del Albacete Balompié, con SkyLine y los hermanos Kabchi a la cabeza, comenzó a deteriorarse con un Alfonso Serrano al que no le sentó nada bien que se le ningunease en el fichaje de Boyomo por el Real Valladolid, siendo apartado a un lado por Edmundo y Georges Kabchi para ser ellos los que negociaron directamente con Ronaldo Luis Nazário de Lima, ex jugador del FC Barcelona o Inter de Milán entre otros equipos y actual propietario del conjunto pucelano, la venta del jugador franco africano por una cantidad que rondó el millón de euros y que fue a todas luces inferior de lo que el talentoso, y problemático, todo sea dicho, joven zaguero valía. Desde ahí en adelante, Alfonso Serrano tuvo claro que no renovaría su contrato con el Albacete Balompié y que en cuanto terminara el mercado invernal agarraría sus maletas y se iría con la cabeza alta de un club en el que sus éxitos han sido muchos más que sus fracasos y al que casi llevó del barro de Segunda B a los palcos VIP de Primera División.
Instantes después de hacerse oficial su salida, Alfonso Serrano manifestaba al respecto que «hace prácticamente tres años empezó una aventura llena de ilusión, ganas, compromiso y responsabilidad. Todo salió como esperábamos. Hemos vivido momentos únicos como aquella tarde en Riazor que jamás olvidaremos. Incluso hemos llegado a rozar la vuelta a la categoría en la que todos queremos estar y el Albacete se merece. Pero todo tiene su fin y llegó la hora de separar nuestros caminos».
Añadía Alfonso Serrano que «hace tres meses comuniqué mi intención de no seguir ligado a este gran club, siempre demostrando mi profesionalidad, implicación y trabajo. Quiero despedirme de la afición y agradecer a quienes me abrieron las puertas de este gran club; a toda la gente de la oficina, que hacen un gran trabajo y no se ve; a entrenadores, jugadores, staff y, cómo no, a la afición. Una afición que me ha demostrado el cariño como en ningún otro sitio de los que he estado y que lo ha hecho en todo momento».
Para finalizar su mensaje de despedida, Serrano manifestaba que «ahora, el foco tiene que estar en el equipo, que nos necesita a todos. Es el momento de empujar todos juntos como siempre lo habéis hecho. Estoy convencido que con vuestro apoyo conseguiremos el objetivo. Solo puedo desear lo mejor al Alba y a los albacetistas. Gracias por todo en este tiempo».
