La albaceteña Irene Sevilla ha recibido un importante reconocimiento en los III Premios a la Investigación y la Cultura Científica Joven, celebrados en Albacete. Irene recibió el Premio Extraordinario al mejor proyecto científico dirigido por una mujer joven. Su proyecto es muy llamativo, ya que se centra en el aprovechamiento de residuos de pescado como tratamiento para el cáncer de mama.
Irene estudió Bioquímica en Toledo y regresó a Albacete para hacer el Máster de Biomedicina Experimental. Cuando tuvo que enfrentarse al Trabajo Fin de Máster (TFM) fue cuando se embarcó de lleno en este proyecto de investigación que después presentaría al Premio Extraordinario. Esta albaceteña explica a El Digital de Albacete que este tema surgió porque en el laboratorio se dedican a investigar contra el cáncer, especialmente el de mama. “Acepain (Asociación Costuras en la Piel en Apoyo a la Unidad de Investigación de Cáncer en Albacete) colabora con este laboratorio y los fondos que dona se utilizan para este tipo de proyectos”, explica Irene.
Qué desean hacer desde su laboratorio
“A raíz de querernos enfocar en este tipo de cáncer, utilizamos los desechos de pescado con fines terapéuticos”. El laboratorio en el que trabaja Irene colabora con la Universidad de Vigo y “allí existen bastantes industrias pesqueras que quieren aprovechar los desechos de los pescados que se generan, en concreto, nos dan colágeno de atún”, relata. Según detalla Irene, a este colágeno se le añaden otros componentes que pueden formar lo que ellos llaman ‘hidrogel’, “una especie de gelatina o flan que permite que lleve dentro el fármaco que nos interesa”, explica.
En el laboratorio en el que se encuentra Irene buscan mejorar la eficacia de los fármacos. “No son medicamentos todavía porque no han llegado a superar todas las etapas clínicas, pero algunos sí que están llegando a ensayos clínicos. Se busca que los medicamentos sean más eficaces para el paciente y a la vez menos tóxicos. El caso de la quimioterapia es una etapa en la que los pacientes sufren muchos efectos secundarios y lo que se busca es rebajarlos”, explica esta científica.
Hay tratamientos muy buenos, pero en el caso de la quimioterapia existen algunos efectos secundarios. De esta forma, desde el laboratorio en el que trabaja Irene, se busca establecer una serie de vehículos como el colágeno que proviene del atún, como medio para llegar a realizar una administración local. “Estamos casi al final del proyecto y la experiencia es muy positiva”, señala.
Irene cuenta que, de momento, para su TFM, este proyecto solo se ha probado en células. “Hemos planteado llegar a ratones, pero es bastante costoso. Ya sabemos que existe este nuevo vehículo que es lo que lleva el fármaco dentro. Quizás se puede diseñar de otras maneras con diferentes características para que mejore lo máximo posible y ya a partir de ahí se pueda llegar a ratones. Todo esto todavía son estudios previos”, aclara Irene.
Utilizar desechos de pescado
Una de las cosas que más llama la atención de este estudio es que se utilicen desechos de pescado para mejorar los fármacos para esta enfermedad. “Al final utilizar un desecho de pescado es una opción natural. Lo que se busca es que sea compatible con el cuerpo, ya que se utiliza una proteína, que es el colágeno, y no va a ser nada más allá. Además, se trata de una investigación sostenible porque se están reutilizando cosas que se van a tirar”, explica Irene.
Esta albaceteña explica que de momento quiere centrar su tesis en seguir utilizando este tipo de ‘hidrogeles’. “No solo que provengan del atún, ir probando con diferentes vehículos. Que se centre en esta especie de ‘hidrogeles’ también nos permite algunas ventajas como es la administración local de fármacos, es decir, poder inyectar por vía atópica o inyectable el fármaco tras la resección quirúrgica del tumor después de la operación al paciente. Sobre todo por vía oral porque es mucho más cómodo para el día a día de los pacientes, que es lo que siempre se intenta buscar”, explica esta albaceteña.
Premio Extraordinario
Irene cuenta a El Digital de Albacete que no esperaba este reconocimiento, pero que está muy contenta especialmente al tratarse de un premio para una investigación dirigida por una mujer joven. “La verdad que estoy muy ilusionada. Quiero recordar un poco lo que dijimos en la entrega de premios, que es una oportunidad muy buena por parte del ayuntamiento y de los patrocinadores, ya que motivan un poquito a los jóvenes en el mundo de la investigación que en España es complicada”, reconoce.
Irene ve su futuro en la investigación, aunque desea comprobar si merece la pena, ya que “es un camino muy largo”, relata. De momento, “estamos esperando a que se resuelvan algunas becas para empezar la tesis porque es verdad que te permite una financiación un poco más estable y duradera porque más o menos las tesis suelen hacerse en 4 años y no he pensado mucho más”, reconoce Irene.
No descarta adentrarse en el mundo de la docencia, pero por ahora está centrada en su investigación y en su futura tesis.