El albaceteño Víctor Jiménez es jugador profesional de póker y ha ganado varios torneos en esta disciplina. En el año 2021 se proclamó Campeón Nacional de Póker. Desde que juega internacionalmente al póker ha viajado por todo el mundo para participar en diferentes competiciones. A pesar de las dificultades, este albaceteño no se ha rendido nunca y se dedica a este juego que se ha convertido en una gran pasión.
Víctor sufre Distrofia Muscular, una enfermedad degenerativa que mata las células que componen el tejido muscular. Poco a poco esta enfermedad fue afectando a su ritmo de vida y a los 22 años empezó a utilizar una silla de ruedas. Aunque la silla se ha convertido en una herramienta indispensable para su día a día, Víctor sigue compitiendo. Se licenció en Administración y Dirección de Empresas en Albacete porque siempre le han atraído los números, especialmente para conocer las estadísticas y las probabilidades existentes dentro del mundo del póker.
Este domingo, Víctor iba a viajar a Bratislava para participar en la final de la Spanish Poker Festival, pero se encontró con un incidente inesperado. Víctor estaba sentado en el asiento que tenía adjudicado para su vuelo a Viena, pero, finalmente, trabajadores de la compañía Ryanair no le permitieron volar por un componente de la batería de su silla de ruedas.
Este albaceteño compartió lo ocurrido en sus redes sociales. “Lamentablemente, y una vez ya montado en el avión, @Ryanair_ES me dice que mi silla no puede volar al Spanish Poker Festival en suGran Final de Bratislava”, publicó Víctor en su cuenta de X, antes Twitter.
La decisión del piloto de avión que truncó el viaje de Víctor
El Digital de Albacete se ha puesto en contacto con Víctor para saber el motivo que truncó el viaje de Víctor. “Me dedico a jugar al póker por todo el mundo y viajo bastante, pero lo tengo que hacer con una silla de ruedas que lleva una batería de litio. Cada vez que voy a viajar tengo que rellenar una ficha técnica con las dimensiones de la silla para facturar el amperaje de mi batería, yo mando lo que pone en la ficha técnica de la silla y son siempre los mismos datos”, cuenta Víctor.
Su último viaje se vio truncado por la decisión del piloto del avión de Ryanair en el que iba a viajar rumbo a la final de este competición. En un primer momento, todos los controles parecían normales hasta que el vuelo se iba retrasando y las preguntas de los trabajadores no cesaban. “Facturé la silla, hice el check-in, me pusieron la etiqueta para facturarla y me hicieron la asistencia para subir al avión. Cuando ya estaba sentado en el avión, vino una azafata y me preguntó si se podía quitar la batería de la silla y yo le expliqué que sí. De hecho, en muchos vuelos la he cogido y la he puesto en la maleta o la han dejado en la silla”, explica.
Al cabo de una media hora, otro trabajador fue a hablar con Víctor y le dijo que “el amperaje de la batería sobrepasaba el límite permitido. “Yo le dije que era la silla más básica, más pequeña, que no hay con menos carga de batería y que Ryanair le había permitido viajar. Me dijeron que iban a llamar a Dublín y a Sevilla para ver qué podían hacer. Pasa otra media hora y me dicen que no están permitiendo viajar en esas condiciones, que me tengo que bajar del avión o que puedo volar, pero sin la silla”, cuenta Víctor.
A este albaceteño no le quedó otra que avisar a la asistencia del avión para que le ayudaran a bajar. “Fui a poner la carta de reclamación y me dijeron que Ryanair sí me permitía volar, que ellos habían autorizado el vuelo y que me ponían otro vuelo y me pagaban la habitación, pero que no sabían si era adaptada. Mi duda ya era si no puedo volar hoy por qué si puedo volar mañana”, cuenta este albaceteño. Desde Ryanair le comunicaron que fue decisión del propio piloto de su vuelo.
Vuelta a Albacete
Este albaceteño explica que se quedó solo en Barajas, ya que el resto del grupo de póker se marchó a la final. “Les dije que se fueran porque ya estaba todo pagado y preparado para la llegada. Teníamos un vuelo a Viena y allí nos recogía un coche para llevarnos a Bratislava”. Víctor cuenta que en esta final se iban a desvelar importantes novedades relacionadas con su carrera, pero se vieron aplazadas por la decisión del piloto de Ryanair, que ha supuesto muchos cambios y varias pérdidas.
“Finalmente, me fui de Barajas a Chamartín y cogí el AVE rumbo a Albacete. Ahora estoy muerto de envidia de todas las fotos de mis compañeros por allí, pero más por la impotencia de que te digan que no. La gente del avión estuvo esperando 2 horas, yo ya me sentía super apurado. Después, bajarme del avión como se pudo. Fue todo un poco estresante y sentí una gran impotencia tras lo ocurrido”, confiesa Víctor. Este albaceteño desea que no vuelva a suceder nada parecido.
El que podía haber sido un viaje muy gratificante, se convirtió en un mal trago para albaceteño que solo quería disfrutar de su gran pasión, el póker.
/Fotos: cedidas por Víctor Jiménez/