El pasado 12 de septiembre, la ANFR publicó una nota en la que informaba de la retirada temporal del mercado del iPhone 12 de Apple, tras comprobar que según un estudio realizado sobre 141 dispositivos, este modelo superaba la tasa de SAR. La Tasa de Absorción Específica, en español, es una medida que indica la cantidad de energía de radiofrecuencia (RF), las frecuencias típicas de los dispositivos usados en telecomunicaciones (WiFi, Bluetooth, móviles, antenas, etc.) que es absorbida por el cuerpo humano cuando se utilizan aparatos como un teléfono móvil.
Tras la retirada del iPhone 12 en Francia y detectarse que superaba el límite legal de emisiones de la Unión Europea, ha surgido la duda entre los ciudadanos de si es peligroso utilizar este móvil y si deberían retirarlo en el resto de Europa. Alberto Nájera, profesor de la Universidad de Castilla-La Mancha y director Científico del Comité Científico Asesor en Radiofrecuencias y Salud dependiente del Colegio Oficial de Ingenieros de Telecomunicación, ha explicado a El Digital de Albacete las claves sobre este asunto.
“Los límites se establecen con amplios márgenes de seguridad”
Según explica Nájera, hay que tener en cuenta que “un valor SAR más alto no significa un riesgo mayor para la salud, ya que los límites se establecen con amplios márgenes de seguridad». El SAR “se calcula bajo condiciones controladas en laboratorio, y los dispositivos deben cumplir ciertos límites de SAR para ser considerados seguros para el uso humano”. Nájera recuerda que estas emisiones aumentan en situaciones más extremas. “¿Cuándo puede emitir más un teléfono móvil? cuando tiene poca cobertura, cuando está en un sótano, hay que gritar más”.
En la Unión Europea, “la normativa sobre SAR se rige principalmente por las recomendaciones del Comité Internacional de Protección contra la Radiación No Ionizante”, según explicó para una entrevista publicada en Science Media Centre. El límite de SAR para dispositivos móviles para las extremidades es de 4 W/kg. En el estudio realizado en Francia detectaron un 4,7 W/kg. Por lo tanto, Francia ha actuado bien, hay un dispositivo que no cumple las condiciones y hay que retirarlo”, explica Nájera a este medio.
El profesor pone varios ejemplos para explicar cómo se toman estas decisiones y qué se debe hacer en cada caso. Por ejemplo, “si el límite de sal de un jamón York es de 20 g y le han detectado 23 g, lo tienen que retirar ¿Es peligroso? No, porque podemos comer más sal”, explica este profesor. En el caso concreto del iPhone, “se ha detectado que emite por encima de lo que regula la normativa, pero gracias al margen de seguridad no hay peligro para la salud”.
Según Nájera,“no hay un estudio que diga que pueda afectar a la salud. Lo tienen que retirar porque incumple la normativa, es una cuestión legal. En la práctica la gente puede seguir utilizando su teléfono móvil tranquilamente porque sólo en condiciones extremas han detectado que emite más, en condiciones normales el teléfono esta perfecto”.
Foto de portada: (Pixabay)