Los vecinos y vecinas de Albacete andarán sorprendidos en estos días de marzo ante la última propuesta del Partido Popular para mejorar la ciudad y generar empleo. Me refiero a la media docena de vallas publicitarias que se han instalado en las entradas a la capital o al vehículo que recorre la Región, lanzando mensajes indecorosos contra el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez; el presidente de la Junta de Comunidades, Emiliano García-Page, y contra mí mismo.
Partiendo del principio que defendía el filósofo griego Diógenes de Sinope, “el insulto deshonra a quien lo infiere, no a quien lo recibe”, lo que más me disgusta es que se trate de esta manera a los ciudadanos y ciudadanas de Albacete, con unos mensajes zafios y simplistas con el objetivo de desacreditar a quienes en estos momentos estamos al frente de las administraciones local, regional y nacional. ¿Piensa el Partido Popular que la ciudadanía les va a comprar ese ‘producto’?
Lo tengo claro: la campaña es una burda pataleta de quienes saben que los albacetenses valorarán todo lo que ha progresado el municipio y la comunidad autónoma en estos últimos cuatro años cuando vayan a ejercer su derecho al voto en las elecciones locales y regionales de mayo. Y como recurso de defensa acuden a una táctica indigna y, estoy convencido, de que cuestionable desde el punto de vista legal por el uso que se hace de nuestras imágenes y, por supuesto, por el afán de injuriar.
Dado que oficialmente no estamos en campaña, no se le puede aplicar la normativa electoral a este puñado de panfletos en forma de valla publicitaria, pero en la lógica de cualquier persona de bien se entiende que los partidos políticos deberían aprovechar cualquier oportunidad para presentar sus proyectos o propuestas, y no dedicarse a difamar, y además, no debemos olvidar que estas vallas publicitarias se han pagado con fondos procedentes de fuentes de financiación públicas, es decir el dinero de todos.
La campaña del partido de la oposición supone un antes y un después, una forma de hacer política que es inadmisible porque lo único que persigue es desviar la atención para esconder las vergüenzas de un partido que lo único que ha hecho en el presente mandato es poner palos en las ruedas para que la ciudad no avance como lo está haciendo.
Desconozco con qué ‘hoja de servicios’ se presentarán los concejales y concejalas del principal partido de la oposición en la ciudad y si en su dossier de balance se referirán a los numerosos desabridos que han hecho a este alcalde y, por ende, a esta ciudad. Y no me voy a dedicar a enumerarlos porque ellos los saben y con esta acción han quedado retratados una vez más.
“¿Por qué nadie llama vándalos a los partidos políticos que llenan las paredes con su basura en vísperas de elecciones?”, se preguntaba uno de los personajes de la novela del escritor Arturo Pérez-Reverte, ‘El francotirador paciente’. Pues quizá sería el momento de planteárselo. Así no.
Emilio Sáez Cruz Alcalde de Albacete y secretario general de la Agrupación Local del PSOE