/Marta López/
El sindicato educativo ANPE denunciaba ante la Inspección de Trabajo “el riesgo sobre la salud del profesorado, debido a las condiciones laborales que mantienen en la Consejería de Educación respecto a las horas no lectivas de permanencia en los centros educativos”, daba a conocer el secretario de comunicación de ANPE Castilla-La Mancha y Albacete, Manuel Tébar.
El fin de esta denuncia es que “se tomen las medidas oportunas para la protección de dicho colectivo”, indicaba. Así explicaba que el horario docente se divide entre el “horario lectivo, que son las horas de docencia directa”, por otro lado, “el horario complementario que son las horas de obligada permanencia en los centros educativos para reuniones, evaluaciones…”, y finalmente, “el horario de libre disposición para preparación de material, corregir…”.
Sostenían que “ANPE no concibe que las Delegaciones de Educación, a través del Servicio de Inspección, indiquen a los centros educativos que las horas semanales del horario complementa deben cumplirse en el centro de forma presencial”. De este modo subrayaban que las actividades que se contemplan en este horario “este año tienen un carácter telemático debido a la pandemia por coronavirus”, pero es de obligado cumplimiento realizarlo en el propio centro.
Apuntaba el secretario de comunicación de ANPE Castilla-La Mancha y Albacete que “la justificación de la Delegación para obligar a este sindicato es que la Orden de funcionamiento de 2012 establece que este horario complementario es de obligada permanencia en lo centros”. Manifestaban que “no es de recibo que se amparen en una normativa de 2012, obviando la normativa que ha surgido este año tan excepcional, poniendo en riesgo la salud de la comunidad educativa y la sociedad en general”.
Consideraban desde ANPE que “no tiene sentido que se obligue a los docentes a permanecer en el centro educativo, con el riesgo que ello conlleva” y proponían “hacer las reuniones telemáticas fuera del centro”. Algo a lo que añadían que “hay docentes que no tienen aula propia, comparten espacios comunes, obliga a la movilidad, e incluso comen en el aula donde han compartido clase durante 5 horas y que no ha sido limpiada y desinfectada”.
Así ante esta situación que vivimos marcado por el COVID-19, ponían de relieve los datos que arroja la pandemia en el profesorado en Castilla-La Mancha: “el 25% ha pasado el COVID desde el inicio de la pandemia, el 47% de las bajas que se han pronunciado en el primer trimestre del curso son debidas al COVID”, indicaban desde ANPE.
El vicepresidente de ANPE en Castilla-La Mancha y presidente de ANPE en Albacete, Martín Navarro, consideraba que mantener estas medidas es algo “descabellado” y apuntaba que el profesado se siente “maltratado y utilizado”. De este modo, subrayaba que “ANPE denuncia que la Consejería de Educación y Cultura y las Delegaciones provinciales están desoyendo las recomendaciones y la normativa existente al respecto como la Guía Sanitaria de inicio de curso, las Instrucciones publicadas por el MEC y el Ministerio de Sanidad, el Estatuto Básico del Empleado Público, el Acuerdo del Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud y la Resolución de 30/10/2020 de la Consejería de Educación, Cultura y Deportes”.
En los colegios “parece que no hay COVID”, y añadía que “sí que lo hay y se están incumpliendo normativas de seguridad”. Piden con esta medida “reducir la movilidad del profesorado y así los contagios” y solicitaban ponerla en marcha “de forma inmediata”. “Estamos cansados”, manifestaba el presidente de ANPE en Albacete en relación a la situación a la que ha de frente el colectivo docente día tras día.
Del mismo modo desde ANPE demandaban por prevención para proteger la salud del profesorado “actualizar los protocolos de seguridad frente al COVID en centros educativos, dotación a todo el profesorado de FFP2, sustitución inmediata de las bajas del profesorado, y permiso para docentes con hijos confinados”.
ANPE “ha apostado por la presencialidad de las clases del alumnado, pero no a cualquier precio”.