/Nacho López/
Con la primavera recién iniciada y el campo en plena explosión de color, los seres humanos nos encontramos confinados en nuestras casas por un coronavirus que ha trastocado todos los estamentos de la sociedad y el mundo del toro y la tauromaquia, obviamente, no ha sido algo ajeno a ello.
Campo y toreros van ligados siempre de la mano y después de un final de invierno muy atípico y un principio de primavera nunca vivido, los diestros de Albacete se han visto obligados a montar los trastos en casa y a torear más de salón que nunca. Al pie de la letra. Las circunstancias obligan.
Así pues, alejados de fincas, tentaderos, astas, trajes de corto y naturaleza, los toreros de Albacete se siguen preparando en casa para una temporada que todo sea dicho, se antoja a estas fechas llena de incertidumbres y vacía por ahora de contratos.
Rubén Pinar, Sergio Serrano, Diego Carretero, Cristian Pérez y José Fernando Molina son sólo algunos ejemplos del abanico de toreros albaceteños que habían depositado muchas esperanzas en la temporada próxima y que recién comenzado el mes de abril, sueñan con que la crisis sanitaria desatada por un virus de difícil lidia como el covid19 pueda tener fin más pronto que tarde y se puedan volver a vestir este año de luces. Aunque todos coinciden en lo mismo, ahora mismo los toros son lo de menos y lo más importante es que esta pesadilla se vaya cuanto antes al desolladero y dejen de sufrir millones de personas en todo el mundo.
Con ellos hemos querido charlar desde El Digital de Albacete y Ruben Pinar manifestaba a este medio que “estamos viviendo estos días en casa, como hay que estar. En estos momentos entreno en casa, toreo mucho de salón y hago ejercicio. Soy optimista y responsable aunque la temporada esté en el aire, pero lo importante es que pase cuanto antes la pandemia. Confío que todo vuelva a la normalidad más pronto que tarde y esa es mi ilusión. Me estoy cuidando mucho, tanto en la alimentación como en el ejercicio. Quiero mandar también un mensaje de ánimo a la afición y decirles que antes o después esto acabará y quiero darle las gracias a todos los trabajadores que están desarrollando su labor ahora para frenar la pandemia de covid19; sean del sector profesional que sean”.
Por su parte, Sergio Serrano expresaba para El Digital de Albacete que “estos días están siendo muy distintos, estaba toreando mucho en el campo este invierno y llevaba un año muy bonito, pero esto solo ha pospuesto lo que llegará más adelante. Ahora el toro es secundario y lo importante es que la gente esté bien. Nos va a costar un precio como sociedad y debería servirnos para aprender de la situación, ser mejores y hacer las cosas mejor. Intento mantener la mente activa leyendo y haciendo cosas del hogar, toreo mucho de salón y hago ejercicio. Quiero mandar un mensaje de apoyo a la población y pedirle que se quede en casa para ayudar a los sanitarios que están al pie del cañón en primera línea de batalla. Quiero darles las gracias a los que hacen que la vida siga adelante y a todos aquellos que están arrimando el hombro para que los demás tengamos privilegios aunque estemos confinados en casa”.
El tercero de la tarde en nuestro cartel sería para el hellinero Diego Carretero, que recluido en Alicante en casa de su apoderado indica a nuestro micrófono que “esta situación es muy extraña y en mi caso me acuerdo de mi familia y mis seres queridos, quisiera estar al lado de ellos, pero al vivir fuera me ha pillado aquí el confinamiento. Estoy entrenando mucho de salón y tengo la suerte de que me ha pillado viviendo en un chalet y puedo volcar más o menos bien mi tauromaquia. El físico es más complicado al no poder salir de casa, pero al final encuentras el modo para estar preparado. Hago mucha bici estática y poco a poco me voy manteniendo y tirando hacia delante. Tengo la gran suerte de tener ese espacio fuera de casa donde poder practicar mi toreo. Aprovecho para mandar un saludo a todos los profesionales, sean del ámbito que sean, que están aportando su granito de arena para intentar frenar la pandemia de coronavirus”.
Cristian Pérez y José Fernando Molina todavía no han tenido la oportunidad de doctorarse y quizá para ellos el 2020 tuviera un matiz distinto y de mayor ilusión si cabe, apuntando Cristian Pérez que «quiero pensar que esta situación va a remitir pronto. Esto está afectando ya a demasiadas personas y hay muchas familias y personas que lo están pasando realmente mal, lo que más deseo es que esto se solucione muy pronto y podamos volver a la normalidad lo antes posible. Este invierno, tanto para mí como para todos mis compañeros, está siendo totalmente distinto. A día de hoy me siento un privilegiado por donde me ha pillado el Estado de Alarma y estoy muy agradecido de estar confinado en la ganadería de Don Fernando y Dña Rosa, viviendo en casa del mayoral, mi picador Tomás Copete. En mi preparación intento seguir una rutina de ejercicios bastante estricta tanto mental como físicamente para estar al 100% cuando todo eche a andar. Quiero mandar un mensaje de ánimo y apoyo a todas esas familias que han perdido a seres queridos y no han podido despedirles como merecían; también, dar las gracias a todas esas personas que día a día están en primera línea de batalla y van a trabajar para hacer la vida más fácil a todos aquellos que estamos en casa».
Con su lesión de rodilla prácticamente olvidada y notando unas sensaciones cada vez más dulces, la progresión en la preparación de José Fernando Molina se ha visto alterada como en el caso de sus compañeros seriamente y el joven torero cuenta que “este invierno estaba siendo muy bonito porque estaba muy ilusionado y me encontraba muy bien. Las cosas iban saliendo y estaba cargado de motivación, estando con muchas ganas de ir por ejemplo a Méjico, una fecha que tenía marcado en rojo en el calendario; como la de Valencia en Fallas. También pensaba que me podría presentar en Madrid y si tuviera que resumir el invierno con una palabra, esa sería ilusión. La cosa se ha ido torciendo por la crisis sanitaria y me he llevado un palo muy duro, pero mis seres más cercanos me han ayudado mucho en lo psicológico y ahora parece que lo llevo algo mejor. Quiero pensar que lo que pasa, pasa por algo y seguro que llega algo bueno. Estoy tranquilo, entrenando mucho de salón y con grandes sensaciones, esperando que todo pueda volver a la normalidad y poder plasmar mi toreo delante de la cara del toro y sobre la arena. Quiero mandar un mensaje de optimismo a todo el mundo y darle las gracias a todos los trabajadores que se dejan día a día la piel en su trabajo para que la pandemia acabe cuando antes y que los que estamos confinados podamos seguir llevando una vida lo más normal posible. Todos tenemos un héroe dentro y hay que sacarlo”.
Albero por terrazo, libertad por confinamiento, luces por sombras u oro por pijamas, esos son algunos de los cambios que viven en primera persona los toreros de Albacete desde que el covid19 salió por la puerta de chiqueros de la plaza de la vida. Lo único que no ha cambiado es el respeto que impone el enemigo, ya tenga cuernos o proteínas espiga. En ambos casos, la vida está en juego.