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Ventura revienta la Puerta Grande

/Nacho López/Foto: Javi Romero/

La séptima de abono en la Feria Taurina de Albacete correspondió al festejo de rejones y tuvo un cartel compuesto por Sergio Galán, Diego Ventura y Juan Manuel Munera. Los toros fueron de Luis Terrón, mansos en su mayoría y que no permitieron con facilidad el lucimiento de los rejoneadores. Diego Ventura salió a hombros tras desorejar al quinto de la tarde, Juan Manuel Munera cortó una en el tercero y Sergio Galán se fue de vacío tras errar en la suerte suprema.

PRIMER TORO

Los festejos regresaban este sábado a la Plaza de Toros de Albacete tras la suspensión de la corrida que tenían que haber lidiado El Juli, Manzanares y Paco Ureña y lo hacía para acoger el festejo de rejones del abono albaceteño.

Sergio Galán, Diego Ventura y el albaceteño Juan Manuel Munera componían la terna de caballeros y los toros elegidos fueron de la ganadería de Don Luis Terrón, llevando las astas manipuladas como establece el reglamento para las corridas de rejones. El público llenó casi en su totalidad los tendidos del coso de la calle Feria.

‘Montecillo’ fue el encargado de abrir plaza, un toro de capa negra, nacido en abril de 2015, herrado con el número 38 en los costados y de 530 kilos de peso.

Recibió Sergio Galán al toro a lomos de Artista, un caballo de color castaño oscuro sucio con el que dominó Galán al de Terrón en el centro del ruedo para frenarlo de salida.

Frío de salida fiel al encaste Murube, Montecillo tardó en fijarse en la grupa de Sergio Galán y le costó al rejoneador conquense centrar al astado en la faena.

Con Embroque, equino tordo rodado en fase blanca que mostró unas excelentes condiciones, Sergio Galán realizó el tercio de banderillas ejecutando muy bien la suerte y arrancando los aplausos del público tras su buen hacer con los palitroques.

Apretaba hacia dentro el toro, aumentando la velocidad cuando notaba cerca a su presa , y tuvo Sergio Galán que recurrir a Titán para dominar los terrenos, clavando arriba y sintiendo las astas del toro en los cuartos traseros del caballo hasta en 3 ocasiones.

Para las banderillas cortas y la suerte suprema fue Óleo el caballo elegido, haciendo las delicias del público con las de los arpones y dejando un rejón de muerte trasero y algo contrario que fue suficiente para hacer doblar al toro.

Hubo petición de oreja para Sergio Galán, pero Doña Genoveva Armero no la estimó mayoritaria con gran criterio y no hubo trofeo para el rejoneador, que se retiró del ruedo malhumorado tras recibir la ovación del público y mientras el respetable dedicaba una sonora pitada al palco presidencial.

SEGUNDO TORO

‘Aldeanero’ fue el segundo de la tarde, un astado de 584 kilos de peso, negro de capa, nacido en abril de 2015 y herrado con el número 33 en los costillares.

Diego Ventura recibió al de Terrón montando la cabalgadura de Campinán, un caballo luso-árabe de 6 años de edad y alazán de capa que iba enjaezado con castañitas.

Más frío de salida que su predecesor, Aldeanero no quería saber nada de Diego Ventura y su montura y fue complicado para el rejoneador portugués clavar los primeros rejones de castigo.

Con Lío y en banderillas se metió Ventura al público en el bolsillo, haciendo honor al nombre su caballo y clavando las banderillas en todo lo alto en una buena tanda. Para cerrar el tercio, Ventura eligió a Bronce  y terminó de formar el lío en la plaza sobre este fino caballo bayo de capa, de 7 años de edad y enjaezado con crineras negras. Haciendo genuflexión antes de citar y clavando en distancias muy cortas, Diego Ventura puso en pie al público.

Con el albino Remate y las banderillas cortas puso Diego Ventura la guinda a su particular pastel, teniéndolo que hacer todo el rejoneador en la suerte suprema al estar el toro totalmente parado y no clavando el rejón de muerte hasta la tercera intentona. A pesar de la buena faena la suerte suprema es la suerte suprema y todo quedó en agua de borrajas, mostrando gesto contrariado Diego Ventura mientras recibía desde el tercio la sonora ovación que le brindaron los tendidos.

TERCER TORO

Juan Manuel Munera, rejoneador nacido en Villarrobledo, fue el encargado de lidiar al tercero de la tarde, de nombre Pucherito, de 516 kilos de peso, nacido en abril de 2015 y herrado con el número 19 en los costados.

Recibió Munera al toro a lomos de Romance, un caballo bayo de capa, de raza luso-árabe y de 8 años de edad que iba enjaezado con lazos blancos y rojos, parando al astado para dominar la embestida antes de clavar el primer rejón de castigo.

Muy metido en tablas y muy parado, Pucherito no quería saber nada de Munera y su montura, apretando mucho para los adentros e impidiendo que el rejoneador pudiera clavar reunido.

Dámaso fue el caballo para banderillear, un equino de 7 años, bayo de capa, lusitano de raza y enjaezado con lazos rojos y blancos.

Demostrando un gran nivel de monta y doma Juan Manuel Munera tuvo que hacer todo en la faena ya que el toro seguía sin ayudar nada y apoltronado en las tablas, teniendo que pasar en más de una ocasión para poder clavar pero dejando siempre las banderillas agrupadas y en lo más alto; aunque bien es cierto que la faena estaba calando en los tendidos algo menos que las dos anteriores ante el acrecentado punto de mansedumbre que siempre mostró el toro.

Para finalizar el tercio de banderillas el caballo elegido fue Arrebato, enjaezado con lazos celestes y blancos, castaño de capa, de 7 años de edad y lusitano de raza, teniendo que irse a la puerta de chiqueros para coger en corto al toro, tirar de carácter y buscar la espectacularidad, muestra clara del manso oponente que tenía delante el rejoneador de Villarrobledo.

A lomos del albino Misterio clavó Munera las banderillas cortas en el ya rajado morlaco, un caballo lusitano de 7 años de edad y enjaezado con crineras marrones, siendo también el equino el elegido para ejecutar una suerte suprema que se prometía muy complicada y que fue tremendamente efectiva. El público reconoció el esfuerzo del rejoneador y concedió una oreja al de Villarrobledo que podría tener ciertos tintes de paisanaje.

CUARTO TORO

Tras el intermedio para la merienda llegó el turno de nuevo para Sergio Galán, quién a lomos de Artista recibió a Nulito, un toro de 555 kilos de peso, nacido en abril de 2015, de capa negra y herrado con el número 50 en los costados.

Para el tercio de banderillas y para intentar darle chispa al parado de Terrón, Sergio Galán optó por montar la cabalgadura de Ojeda, un caballo luso-árabe de 13 años enjaezado con crineras negras y tordo vinoso de capa.

Manso como sus hermanos de camada lidiados hasta ahora, Nulito estaba haciendo honor a su nombre y para nada estaba ayudando a Sergio Galán y gustando al público, teniendo el rejoneador que tirar de pureza y clasicismo para poder sacar algo de rédito al toro.

Llegó el tercio de banderillas y llegó el turno de Bambino, un caballo tordo rodado y lusitano de raza, de 6 años de edad y que iba enjaezado con lazos azules y blancos. Respondió fantásticamente Bambino a la doma de Sergio Galán y buscando las distancias muy cortas pudo el caballero hacer las delicias del respetable, que al ritmo de la música tocaba las palmas mientras Sergio Galán clavaba en todo lo alto.

Para intentar terminar de meterse al público en el bolsillo con las banderillas usó Sergio Galán la grupa de Apolo, caballo perla de capa, enjaezado con lazos blancos, de 14 años de edad y raza lusitana, dejando un par a dos manos que fue reconocido por el público tras su gran ejecución.

Para la suerte suprema, Sergio Galán recurrió de nuevo a Óleo y tras dejar un par de rosas erró con el rejón de muerte y se fue de Albacete sin tocar pelo en ninguno de sus oponentes, a pesar de que ambas faenas hubieran sido meritorias de ello si la suerte suprema se hubiese realizado de manera correcta y con eficacia.

QUINTO TORO

El quinto de la tarde y segundo del lote de Diego Ventura fue Imprudentito, de 557 kilos de peso, negro de capa, nacido en abril de 2015 y herrado con el número 43 en los costillares.

Usó Diego Ventura para el recibo a Bombón, un luso-árabe de 6 años palomino de capa y enjaezado con castañitas, no haciéndole ni caso el toro a la grupa de Ventura y Bombón y buscando con el hocico la opción de saltar al callejón como tantas y tantas veces han hecho a lo largo de la historia los cornúpetas del encaste Murube.

Frío, parado y sin emoción, el toro solo quería irse a las tablas y desde la salida demostró ser un manso redomado, optando Diego Ventura por dejarle los dos rejones de castigo para intentar darle algo de chispa al de Luis Terrón.

Quería Diego Ventura triunfar en Albacete y para el tercio de banderillas sacó al mítico Nazarí, una maravilla de caballo de 14 años, castaño de capa, lusitano de raza y enjaezado con lazos verdes y blancos que tantos y tantos éxitos le ha brindado a Diego Ventura.

Nazarí demostró todas sus cualidades sobre el albero de la Plaza de Toros de Albacete, pero ni aun así pudo Diego Ventura hacer el toreo que él lleva dentro. Para terminar el tercio de banderillas Diego Ventura eligió a Fino, un tordo en fase blanca de 7 años lusitano y enjaezado en lazos azules, en honor a los colores de la Puebla del Río, localidad sevillana donde reside el rejoneador portugués.

Con varios pares al quiebro en los mismos pitones del toro puso Diego Ventura en pie al público, calentando los tendidos y montando a Dólar, al que le quitó el cabezal y con el que puso dos pares de banderillas a dos manos en los que el equino fue el que lo hizo todo. En pie despidió el público a Dólar cuando se retiraba al patio de caballos tras realizar excepcionalmente su trabajo.

 

En la suerte suprema y a lomos de Volapié, Diego Ventura realizó a la perfección su ejecución y dejó un rejón de muerte que hizo doblar al toro sin puntilla y que le permitió cortar dos orejas tras demostrar un alto nivel de rejoneo.

SEXTO TORO

Violetero fue el último de la tarde, segundo del lote de Juan Manuel Munera y con el que el de Villarrobledo intentaría abrir la puerta grande y acompañar a Ventura a hombros tras haber cortado una oreja en su primer toro. De 543 kilos de peso y nacido en abril de 2015, mostró capa negra bragada y el 20 herrado en los costados.

Brindó Juan Manuel Munera a su apoderado, Ángel Gómez, y recibió al de Luis Terrón a lomos de Romance, frenando muy bien la salida de chiqueros del astado y permitiendo a Munera dejar buenas sensaciones con los rejones de castigo tras tantear al toro en varios terrenos.

Para las banderillas hizo torear Munera a Quitasueños, luso-árabe de raza, de 7 años, tordo de capa y enjaezado en lazos azules y blancos. Consiguió Munera encelar al toro en Quitasueños, pero el astado no terminaba de mostrar bravura y las sensaciones iban siendo más negativas conforme avanzaba el tercio.

Cambió de nuevo de cabalgadura Juan Manuel Munera y optó entonces por Arrebato, provocando el equino muy bien al toro y clavando con maestría el rejoneador varias banderillas bien agrupadas.

Para la suerte suprema Munera montó a Misterio, al que usó antes de tomar el rejón de muerte para clavar varias banderillas cortas. A la hora de matar, clavó con gran profundidad aunque de manera algo atravesada, lo que hizo que no fuera muy impregnada de muerte y que le obligó al rejoneador a usar el descabello para mandarlo al desolladero, lo que le hizo perder cualquier opción de triunfo.

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