Llevamos dos días de Feria y tres puertas grandes en la Plaza de Toros de Albacete. Este hecho, sin quitar méritos a los diestros, nos hace reflexionar sobre la necesidad de que en Albacete se premie con tal honor de una manera más rigurosa. Como sucede en otras plazas de España.
Entiéndase esta editorial no como una crítica a la presidencia. Las peticiones han sido mayoritarias y el Presidente está obligado a otorgar la primera oreja. Oreja y oreja son dos, puerta grande. No hay más que hablar.
Desde estas líneas nos gustaría introducir un debate que seguro no deja indiferente a nadie en el mundo del toro. ¿Deberían exigirse dos orejas en el mismo toro para abrir la Puerta Grande de Albacete?. Nosotros nos mojamos, sí.
Desde El Digital de Albacete creemos que las faenas redondas, que llegan al tendido, que calan en el aficionado, que expresan el arte en su más pura esencia, y que completan todas las suertes de la lidia deben ser reconocidas de una manera mucho más excelsa que las que, con todo mérito pero sin brillantez, sacan algún detalle o ejecutan alguna de las suertes de manera notable. Dos faenas aseaditas no son una faena completa, son dos faenas aseaditas. Eso sí, ahora mismo abren la misma puerta.
Nosotros creemos que para abrir la puerta grande de Albacete debería ser necesaria una faena redonda, de esas en las que de verdad la gente se vaya de la plaza entendiendo la razón por la que un torero ha encarado el Paseo de la Feria a hombros. Como se decía antes, de las que la gente se va toreando de la plaza, de las que dan que hablar, de las que los taurinos nos apresuramos a buscar fotos y vídeos, de esas, no de las otras.
Nos gustaría abrir este debate y que todos los que aman este mundo se posicionaran de manera activa. Nosotros seguramente no tendríamos tantas fotos bonitas de portada con matadores o novilleros a hombros, pero creemos que Albacete ganaría en seriedad y exigencia.
El Digital de Albacete
