La capital de la provincia cuenta con numerosos encantos, especialmente la esencia quijotesca de la ciudad. Alfonso X funda Ciudad Real, de ahí que se le conozca como la ciudad del Rey Sabio.
Precisamente de esa época es uno de sus emblemas, la Puerta de Toledo, único resto de la antigua muralla, dentro la ciudad se organizaba en torno a tres ejes de los que aún quedan muestras.
Toda la ciudad está repleta de rastros media veles y religiosos. De hecho, la casa del Arco, que fue el centro civil y económico de la época medieval, se encuentra situada en la Plaza Mayor. También se remonta a esa época la creación de la espectacular catedral. En aquellos tiempos. el centro militar era el Alcázar, en la parte alta y del que hoy queda el Torreón.
Estos tiempos que fueron cambiando y llevaron otros aires a la ciudad como la construcción del ferrocarril en el siglo XIX, que se confunde en La Ferroviaria con la memoria del Quijote y los jardines del Parque Gasset. Museos, como el del Arte Sacro y el de Elisa Cendrero, terminan de explicarnos la ciudad de los reyes. Otras casas civiles, como la Casa de la Feria, la del Mercado o la de Hernán Pérez Pulgar transitan su historia a través de los siglos.